El Ojo TV
En un lugar de un barrio cuyo nombre no quiero acordarme laten al margen del margen la carne y la herida.
En el desdentado paisaje maquillado con lata y madera ladra un perro a la nada llorando la suerte perdida.
Todo es transparente,
los pibes del barro, del hambre y la muerte.
Todo es invisible si no es el reflejo del televisor. Selva de chapa y miseria, dios y el diablo en un pogo salvaje apostando a la timba fulera las almas vencidas.
Con la misma camiseta y a rodar la pelota pinchada en la eterna final donde el premio es un cacho de vida.
Todo es tan cercano,
la sombra y la luz de cualquier ser humano. Todo están distante si no es el reflejo del televisor. Sordo y hondo bajo fondo de ojos rojos y redondos y los pibes de los pabellones bardeando en la esquina.
Si en el reparto de pieles te tocó marrón como la mía, a comer ensalada de palo de la policía.
Todo es blanco y negro, tan solo la sangre es roja en este infierno.
Todo es incoloro si no es el reflejo del televisor.
Ños hijos de la nada.
Los héroes del dolor.
Las madres despintadas de yugar remando sin razón.
Las luces apagadas de tanto corazón.
La voz resquebrajada de gritar la vida que no ve el televisor.