Años Luz
A tantos años luz de mi planeta, yo sé que estás parada en una esquina midiéndole los bordes a la vida, sedienta de probarlos, indiscreta.
El coro de fantasmas que te sigue no es la tripulación más indicada para poder plantear las coordenadas de la navegación que hoy se decide.
Para poder volar en este viaje no hay que atarse a los labios que te besan, andar siempre liviana de equipaje, ganarle la pulseada a la tristeza. Para conquistar otro horizonte en donde amar hay que saber soltar lo que hubo atrás.
No existen recipientes ni medidas que sepan contener a esos amores, que bailan en cornisas y balcones, sin calcular el riesgo y la caída.
No vengas a pedirme que te diga que en este corazón siempre habrá un nido en dónde acurrucar tu pecho herido marcado por los dientes de la vida.