Ya no es tiempo de esperar
Que no somos los primeros
que cambiaron su destino,
otros tantos combatieron
con la nostalgia callada
y la distancia apretada.
Con lo que nos ha pasado
hay que agrandar la mirada,
que ahora nos toca a nosotros
ver que nuestra tierra amada
grita en la América esclava.
Nadie puede en esta hora
paralizar la razón.
Ya no es tiempo de esperar,
hay que ponerse a la acción
de seguir viviendo
sin doblar la hoja,
sin olvidar nunca
dónde está la patria.
Nuestro pueblo no está solo,
su problema no es ajeno
de todos los continentes
de corazones hermanos
se elevan miles de manos.
El golpe deja lecciones
que azotan por su verdad,
de estremecidos abismos
surge la fuerza vital
de unirse para luchar.