Rosario de Dulces
Enrique Torreblanca, Alê Siqueira, Juan Manuel Torreblanca
Así, sin más, nos encontramos
entre aquella multitud de soledades
y, a fuerza de besos, fuimos creando
un rosario de dulces
amaneceres.
Así, sin más, descubrí
un poema
que temblando murmuraba en tu piel,
la piel del deseo
mi dualidad,
el rugido de un jaguar
y el gemido de su amada.
Así, sin más, jugamos a ser
una delicada mariposa
que, sin saber dónde iba a parar,
recorría sin mapas
los jardines del amor que florecía,
recorría sin mapas ni recuerdos
los jardines del amor.
Así, sin más, entre risa
y delicias, los espíritus se encontraron
jugando a vivir el día,
jugando a vivir en el ahora
el amor que ayer buscaban,
el amor que ahora es
un rosario de dulces amaneceres.