Los Locos y Los Niños
El loco de mi pueblo decía que era Dios
y cuánto más cuerdo que muchos estaba
una esquina de verano y una mano de la noche
amenazando tras la boina sexagenaria
La locura y la niñez se dan abrazos
de un pedazo de infinito
y un asomo de verdad rasgaba el mundo
desde el fondo del delirio
No vayas al río pibe, antes de que aclare
que el corazón nos quema y el agua lo sabe.
No vayas al río pibe, antes de la mañana
que la luna del cielo empuja y la luna del agua llama.
Los locos en la niebla
y los niños en la aurora de sus palabras dementes
según dice la gente cada cuál a su modo nunca miente
pero a los locos se los mata
y los niños crecen
El loco de mi pueblo
dejó frente a mi puerta antes de irse
un pedazo de sus alas,
un cielo constelado
y la recomendación de no decirle a nadie
lo que me dejaba.
Nadie quiso ver el ojo aquél
por dónde se veía más allá
en la noche se quedaba un niño sólo
preguntando sin hablar.
Nadie quiere un cielo pibe, tan alto en la nada
nadie quiere el techo de la madrugada.
Todos miran todo pibe, con los ojos fríos
y en mi sombra temen ver su propio vacío.
Los locos en la niebla
y los niños en la aurora de sus palabras dementes.
Según dice la gente cada cuál a su modo nunca miente
pero a los locos se los mata
y los niños crecen
pero a los locos se los mata
y los niños crecen