Décimas para Lo Fugaz Constante
A ver si por pura suerte
me tropiezo con mi ruta
y, en vez de brasa y voluta,
cojo vuelo, me hago fuerte.
A ver si burlo la muerte
que en la rima se demora,
a ver si olvido la mora,
bruja de la morería,
y aguardo con sangre fría,
a ver si llega la hora.
A ver si llega, si llega
como llega la creciente,
toro de fuerza demente,
rompiendo a truenos la vega.
A ver si mata la ciega
costumbre, la cruel, violenta,
de los celos y me alienta
a seguirte en el escándalo
trocando azufre por sándalo,
a ver si tú te das cuenta.
Darte cuenta, ¿para qué?
Si ya para los efectos
no existen claves ni afectos
que defender, ¿para qué?
Humo y hollín de quinqué
se volvió nuestro amorío.
Sólo el arte con su brío
transforma olvido en acción,
porque el arte es más pasión
que lo que está bien perdí’o.
Ni se busca ni aparece
lo que se pierde; en el fondo,
el arte es verso redondo
que fija lo que acontece.
¡Ay, la duda!, crece que crece
y en el corazón se centra,
duele que duele y se adentra
con saña, puro tormento,
pues quien sufre ese momento
ni se busca ni se encuentra.