Sin bandera
Eduardo Saborit
Qué triste debe ser la primavera
para esos que se van equivocados
sabiendo que se encuentran condenados
a vivir eternamente sin bandera.
Se pierden el rumor de estas palmeras,
se pierden el sinsón del dulce canto,
se pierden tanto, tanto que se pierden
hasta el llanto de la madre que ha quedado.
Si tú tienes corazón, ¿por qué te vas?
Si la patria abre los brazos por igual
a los hijos que pecaron por error;
que es mejor rectificar que ser traidor.