Volver a los diecisiete
En el parche de la vida hay un plan que no me transa
En el parche de la vida existe un plan que no me transa:
Lagrimear y dedicarse con dolor a la añoranza.
Al que sólo mira atrás, mi corazón, le duele cuello y se cansa.
Paila el que vive pensando que perdió sus años buenos,
Paila el que cantaletea que perdió sus años buenos,
Su pasado no es su oasis, su pasado es su veneno,
Por pensar en la reseña de otro show se pierde siempre el estreno.
Vengo, camino y me voy.
En mi doctrina de propina y cafeína
Sólo atina el que camina insistiendo en existir.
Está rayado quien atado a su pasado
Pone chapas y candados y se olvida de seguir.
Vengo, me voy y camino
Vengo, camino y me voy
Y no me insista en su nostalgia nadaísta
Que no hay cuerpo que resista esa repetición.
Si me promete volver a los diez y siete
Va la madre y al retrete su proposición.
La piel minada de hormonas y el corazón claroscuro,
La piel minada de hormonas (¡oh dolor!) Y el caminar inseguro,
La autoestima en cuerda floja y el trajín de gambetearse el futuro.
No le hable de adolescencia parcerín al que ya brincó ese muro.
En mi doctrina de propina y cafeína
Sólo atina el que camina insistiendo en existir.
Está rayado quien atado a su pasado
Pone chapas y candados y se olvida de seguir.
Vengo, me voy y camino
Vengo, camino y me voy
Es aburrida y va perdida la partida
Del que añora la guarida y no la tempestad.
Yo rebobino solamente cuando el vino
Juega a ser el celestino de la soledad.
Que no me insista en su nostalgia nadaísta
Pues no hay cuerpo que resista esa repetición.
Si me promete volver a los diez y siete
Va la madre y al retrete su proposición.