Bienviviendo
Ayer te preocupabas por cambiar el mundo,
anoche me preguntabas cuál era el rumbo;
tranquila que pocos saben a qué vinieron,
ni yo sé lo que hago ahora con tanto cuento.
Pero que no se te pase nuestro momento
a la hora en que las agujas se hacen exactas;
cuidado con descuidar el consentimiento
porque el amor se seca si no se lo trata.
Entre entender y engañarme
prefiero, aunque me mate, la curiosidad.
Me quedo, me quedo con lo que espere
en el último de los trenes
destinados a mi destino,
que lo bueno, ¡lo bueno es tan pasajero!
y para ser los primeros,
primero hay que ser distintos.
Voy a fabricar una bandera
pa’ que sepan lo que quiero sin decirlo nunca más.
No me encierres la cabeza,
tu mirada es muy espesa, solo está pa’ controlar…
Que si aguanto te odio tanto,
que si te quiero te espanto, que me rio y te hace mal;
no hay fracaso más rotundo
que haberse venido al mundo pa’ morirse y nada más.
Sin faltas existenciales voy bienviviendo
mientras el futuro solo sigue viniendo,
ahorrando los pasos se malgasta el calendario,
después protestamos jugando al solitario.
En referencia a las brevas,
apuradas, igual van a madurar.
Me quedo, me quedo con lo que espere
en el último de los trenes
destinados a mi destino,
que lo bueno, ¡lo bueno es tan pasajero!
y para ser los primeros,
primero hay que ser distintos.
Me quedo, me quedo con lo que espere
en el último de los trenes
destinados a mi destino,
que lo malo, lo malo siempre sucede
y de nosotros depende
purificar los pecados.