Fin de Año

Estoy haciendo arte, construyendo algo bonito
con lo que hace años me hubiese matado.
Si me viese ahora el niño tímido que fui y que llevo dentro
le brillarían los ojos de orgullo.

No sé si me he marchado, pero sigo puro.
A veces me rompo, pero mi ira es un templo.
Llevo 21 años planteándome existir
pero hace tres que existo en mí
y nada se compara.

A veces no sé bien qué hacer conmigo,
despierto y siento que me llora hasta la cama,
pero es normal.
Otoño todo lo marchita,
el aire es afilado y corta
cuando hay algo que no quieres mirar.

Se arremolinan las hojas, tal vez se venga tormenta.
No paro de preguntarme si estoy donde quiero,
pero noto que me brilla algo en el pecho
y cómo voy a dudar
si en esta canción ya he cumplido otro sueño.

Por muy solo que me sienta
tengo a gente a mi lado y eso nadie me lo quita.
He crecido mucho sin quererlo,
me ha dolido mucho sin notarlo
y aunque cuando lloro en público siento que ardo
creo que ya he olvidado el miedo a reír en alto.
Es como que todo perfecto,
obviamente siempre que venga embotellado.

En dosis pequeñas todo va bien ¿no?
Eso es lo malo.

He aprendido mucho de este año.
He avanzado, como siempre,
más pasos para la lista
y ahora que se viene diciembre me tiro a la pista.
Estoy preparado para congelar el pasado.

Nacer de nuevo y reinventarlo.