La Mandrágora

Santiago del Nuevo Extremo cantábamos
eso ya lo sabes
Y el disco verde que te regalé
era nuestro disco
Pero hay que aprender a soltar
lo que hace mal
Pero tengo miedo que el tiempo nos borre
y ya no existas más

Qué pena, qué pena la forma en la que me fui
Qué pena, que pena no me pude ni despedir.

Pero estoy bien, yo ya me reescribí
¿cómo va tu cuento?
A veces me pesa todo
lo que he soltado para crecer
O acaso vendrá a registrar el pasado
todos mis poemas
O vendrá la mismísima mandrágora
a juzgar nuestra sinceridad

Qué pena, qué pena la forma en la que me fui
Qué pena, que pena no me pude ni despedir.
Qué pena, qué pena la forma en la que me fui
Qué pena, que pena no me pude ni despedir.

El árbol se cayó
y los ángeles cantan en honor a la más hermosa voz
Soy terca para llorar
y sentir arrepentimientos
Pero soy jueza y dicto sentencia
si me siento a testificar
Me confieso que hoy extraño a un extraño
y temo
al cataclismo en los ojos pues

No quiero dejar ir
la versión de ti, la que conocí
No quiero dejar ir
la versión de ti, la que conocí
No quiero dejar ir
la versión de ti, la que conocí
No quiero dejar ir
la versión de ti, la que conocí

Qué pena, qué pena.

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