Te ganaste el mundo
Sobre hojas de laurel el relente llama al amanecer.
El sonido es tu voz que me marca y toca la imaginación… mi religión.
Planto flores para ti, tú las tocas todas hasta la raíz.
Te las llevas para abrir, compartir las risas que me hacen sentir.
Cada vez que pierda el norte sabré
cantar tan fuerte y tal vez
mirar al cielo al cielo y sabrás volver.
Sólo somos agua y sal, la corriente baja cuando tú no estás… hay que remar.
Ahora paso por allí, cuando llegue quiero empezar así.
Cada vez que pierda el norte sabré
cantar tan fuerte y tal vez
mirar al cielo al cielo y sabrás volver.
Son noches sin miel, mi salida, correr.
Cuando voy a ver las olas romper.
Tú te ganaste al mundo al revés,
te ganaste el cielo a tus pies
y me marcaste con fuego la piel.
Cada vez que pierda el norte sabré
cantar tan fuerte y tal vez
mirar al cielo al cielo y sabrás volver...
A través del mar existe una voz
que sopla firme y se va
y vuelve siempre y preguntará…
Te ganaste al mundo al revés