Yo manejo
No bebo para olvidar
se me olvida y no me acuerdo
¿dónde dejé la botella?
¿y dónde está tu recuerdo?
¿lo dejé del lado izquierdo
o en la punta de una estrella?
Entraron diez elefantes
invitados a la fiesta.
Eran rosas y celestes
montados en una taza.
Era una manada escasa
como de Berlín del Este.
Eran rosas y celestes
¿o eran verdes y amarillos?
Y yo ya acabé de estar
me voy a otras latitudes.
Tomo las de Villadiego
y no quiero que me ayudes.
Me largo de este festejo
no me ayudes... ¡yo manejo!
Dame las llaves, te digo,
me siento perfectamente.
No vaya a decir la gente
ya ves cómo son, ya sabes,
tú vente discretamente
y no me jodas... ¡yo manejo!.
Fui derechito a mi casa
manejé como una reina
pero desperté en Gayosso
siendo yo la de la fiesta.
Me enterraron con las llaves
y una botella de añejo.
Y en mi epitafio pusieron:
NO ME CHINGUEN, ¡YO MANEJO!