Un santo varón
Comprendiendo mis padres que yo era
desde niño un arcangel tutelar
quisieron que estudiase la carrera
y fuera sacerdote y no seglar.
Pues el hombre sujeto a tentaciones
que impone con su encanto la mujer
si se deja tentar hay ocasiones
en que a pesar de todo hay que ceder.
Ya San Froilán lo dijo en su versículo tercero
refiriéndose al pudor
que la pasión es para el hombre un vínculo
que muchas veces es conservador
de gérmenes insanos y alarmantes
que acaban poco a poco por minar
la salud y otras cosas importantes
y necesariamente hay que cortar.
Por eso yo, obediente, sumiso,
abrazo la palma
y quiero ser padre de almas
huir de mundanos livianos placeres,
que quiero ser padre… ¡pero sin mujeres!
Desde niño sentía los clamores
de todo lo divino y lo infinito
y me daban espasmos y sudores
si alguno me nombraba “la chilito”
y si al ir por la calle de paseo
fija en suelo con pudor la vista
apreciaba el marcado contoneo
de aquellas geometrias sin aristas
y apretando las manos fuertemente
y sintiéndome mi mismo menos cabo
me parecía ver palpablemente
a Satanás pegarme con el rabo.
Más comprendiendo al fin que es completa
la vida de éxtasis tan plácida y sencilla
me decidí a cortarme la coleta
y hacerme la consuna coronilla.
Por eso yo, obediente, sumiso,
abrazo la palma
y quiero ser padre de almas
huir de mundanos livianos placeres,
que quiero ser padre… ¡pero sin mujeres!