¿Qué más decir?
¿Qué más decir?
Si cuando no agobiarte, más te agobio, y te alejas de mí.
Si tengo el arte de alterarte, y quisiera poder llenarte. En fin...
A veces muy poco es bastante, pero mira, yo ya comprendí,
que no soy nada, no soy nada sin ti.
Respiro el aire que me dejas sin quejas, acepto el como despellejas
por tu cu hasta las cejas. Todas las nubes despejas.
Mi cabeza empieza a notar como el estrés la acompleja.
Por favor, no me castigues. Liberame de las rejas.
Rindo negro luto a mi corazón muerto. Me sonrío, no es cierto.
Violento el sentimiento que yo siento,
cuando me miro por dentro, y busco pero no encuentro.
Me has robado todo lo que soy, así se acaba el cuento.
Penas y lamentos. Delirios, ralladas,
tu boca. El corazón por dentro se me ha convertido en roca.
Te quiero, te quise. Tú te haces la loca.
Perdí mi vida entera, metí todo el bolsa rota.
Dame besos de tu boca, que quiero que se me pasen los dolores
de este pecho que se ha negado olvidarte.
Vivo entre angustia y quiero calmarme...
Me siento, te cuento mi cuento, desnudo las frases.
Y te juro que no sé que hacer,
si pienso en como sería el fin.
De lo que un día juramos ser...
Te juro que no sé... Que más decir...
Si cada frase que se escapa de mi boca me recuerda a ti.
Si cuando pienso en un futuro sin tus ojos, no quiero seguir.
Si tu no avanzas de mi mano, lo siento, pero me quedo aquí.
Sin ti no hay nada, lo vuelvo a repetir...
El aire que respiro lo convierto en mil suspiros por tu cuerpo,
Y sé que no tenerlo, es sinónimo de estar muerto.
Te juro que es cierto, y a corazón abierto,
invierto todo el tiempo, y si no tengo me lo invento.
Pero intento demostrar que por dentro llevo tu sangre.
Mi reina, ¿me ves? a tus pies, ni me pienso el postrarme.
Te juro que tumbo ese muro que pudo dañarte,
y que voy a ser eterno, mientras que tú no me faltes.
Y aunque, el peso de mi ausencia sea un tanque,
si sé que voy a perderte, prefiero perderme yo antes.
Y si no existe nadie que sea capaz de encontrarme,
me da igual vagar solo en el desierto de tu carne.
Armarme de valor por si hay algo a lo que enfrentarme.
Y saber que aunque me duela, voy a sentir querer quedarme.
Y quemarme en tu fuego es un juego que luego me mata,
en los ojos de una gata que consiguió desarmarme.
Y te juro que no sé que hacer,
si pienso en como sería el fin.
De lo que un día juramos ser...
Te juro que no sé... Que más decir...