La poderosa muerte
Entonces en la escala de la piedra he subido
Entre la atroz maraña de las selvas perdidas
hasta ti, Macchu-Picchu
alta cuidad de piedras escalares
Por fin morada del que lo terrestre
no escondió en las dormidas vestiduras.
En ti, como dos lineas paralelas
la cuna del relámpago y el hombre
se mecían en el viento de espinas.
Madre de piedra, espuma de los cóndores
alto arrecife de la aurora humana.
Cuando la mano color de arcilla
se convirtió en arcilla
y cuando los pequeños párpados
se cerraron
llenos de ásperos muros,
poblados de castillos
y cuando todo el hombre
se enredó en su agujero
quedó la exactitud enarbolada:
El alto sitio de la aurora humana:
La más alta vasija que contuvo el silencio
una vida de piedra después de tantas vidas.